Cuando estaba embarazada por primera vez, pensaba que el día en que naciera mi bebé, la lactancia iba a darse de forma automática y sin esfuerzo. Por eso, confieso que durante el embarazo fui a una o dos clases sobre lactancia, y no le dediqué mucho de mi tiempo a pensar en cómo sería dar pecho. Estaba segura de que mi cuerpo sabría.